ONCE UPON A TIME.

Los Dire Straits, mi banda favorita, tienen un tema que se llama “Once upon a time in the west”, que traducido resulta “Érase una vez en el oeste”. En el idioma de Shakespeare, “Once upon a time” es como empiezan los cuentos para niños y niñas.

El cuento que voy a contar puede parece ficción, por lo menos en estos tiempos, pero está basado en hechos reales acaecido en el sur. Vendito sur donde parece que el tiempo se estancó hace mucho.

Empiezo:

Once Upon A Time… o como diría Cervantes, Érase una vez un día en un pueblo del sur que una niña, (EVA), hablaba con su padre (MIGUEL) y decían:

Eva: “papá me gustaría que me compraras un patín para montar contigo y los dos pasarlo muy bien”.

Miguel: “hija mía, no podemos tener un patín”

La niña, bien educada pero cabezona como niña que es, seguía diciendo:

E: “papa, ¿Por qué no?”

M: “Por qué no tenemos sitio para guardarlo”

E: “Vale no lo tenemos pero podemos hacer como mi amiga Carlota”

M: “Y que hace tu amiga Carlota???”

Miguel contestó con paciencia, pero a la vez poniendo toda su atención a la respuesta de Eva, pues él le apetecía más que a Eva disfrutar de ese momento encima del patín con su hija.

E: “papa, Carlota y su padre lo guardan en una asociación donde pueden guardar patines y si no tienes un patín puedes coger los que allí hay para los socios. Prométeme que iras a preguntar, a ver si nos apuntamos” Decía Eva saltando junto al padre.

M: “Muy bien Eva, iremos a preguntar” dijo Miguel.

Pasaron los días y Miguel se planteo, en serio, ir a preguntar.

M: “Buenas tardes” dijo con media voz cuando se acerco a la asociación para informarse sobre los requisitos necesarios para ser miembro de esa asociación.

Director de la Asociación: “Buenas tardes” contesto con educación. Siguió preguntando: “que deseas???”

M: “Quería apuntarme aquí. ¿Podríais decirme que he de hacer?”

DA: “Podríamos decírtelo pero tu no puedes apuntarte”

Miguel, abrió los ojos como el búho que intenta cazas de noche y preguntó:

M: “¿Por qué?”

DA: “Pues por que aquí, en esta asociación, no admitimos a PERSONAS EN SILLA DE RUEDAS”

M: “Yo solo quería apuntarme para salir con mi hija a patinar, nada más”

DA: “Si ya, pero al apuntar a un PARAPLÉJICO en esta asociación se apuntarían muchos más y no podemos perder el tiempo en tener a este tipo de personas aquí y tendríamos que adaptar el lugar por ustedes. Así que no te dejamos entrar. Lo que si puedes hacer es decirle al padre de Carlota, que apunte a tu hija Eva como si fuera hija suya y así la niña podría montar en patín, pero no contigo”

Miguel, se sintió mal por esa contestación pero accedió a lo que le propuso el director, pues era la única forma de que su hija montara en patín. Su hija aparecería en los registros de esa asociación como hija de del padre de Carlota.

A la misma vez un socio, y por otro motivo, planteó a la asociación la posibilidad de hacer un artilugio para adaptarlo a un patín y que un joven parapléjico, de la ex - Yugoslavia, vecino del pueblo sur, pudiera patinar. De forma oficial se le contestó que “NO”, argumentando los mismos motivos que al Sr. Miguel.

Ese socio se buscó la vida para que el proyecto fuera realizado por personas de esa misma asociación, pero de forma privada, y empezaron a trabajar.

Con el paso del tiempo el director de la asociación, de manera cobarde y ruin, dejó su función como director, cogiendo el cargo otra persona y otro equipo, con otros fines.

El socio que planteo la adaptación del patín pensó que al tener nuevo equipo, a lo mejor, la contestación a su proyecto sería diferente, volviendo a plantear a este proyecto al nuevo director y su equipo, la adaptación del artilugio recibiendo un “SI” como contestación.

A raíz de acceder a esta petición se contactó con una organización que se dedica al trabajo en acero inox, material con que se debería hacer el artilugio. Firmando entre ambas organizaciones (patín y taller) un acuerdo para desarrollar y construir los artilugios para adaptar los patines a las personas con movilidad reducida.

Al mismo tiempo el padre de Carlota, dijo al equipo del nuevo director:

Padre de Carlota: “¿Como es posible que la asociación firme un proyecto de esta índole si yo tengo como familia mía a la hija de un hombre que por ser parapléjico no se puede apuntar a la asociación? ¿No es un poco incoherente?”

Equipo Nuevo Director: “Eso es anticonstitucional. No se pude rechazar a una persona tener una movilidad reducida. Eeso no puede ser¡¡¡” exclamaron tod@s.

El equipo del nuevo director investigó el tema y cuando se descubrió todo el pastel, llegaron al acuerdo de admitir a este socio como miembro de la asociación.

El tiempo transcurría y el artilugio se iba construyendo, pero como en las malas películas de terror, el antiguo director al ver nuevos intereses en la asociación, que anteriormente había dejado tirada, utilizó mentiras y falsas excusas para acceder al cargo de director.

Fue nombrado de nuevo director. Perdió la confianza de muchas de las personas que le firmaron para desbancar al equipo del nuevo director, pero a él todo eso le daba igual. Tenía lo que quería ser director de los patines y así poder hacer cosas.

El artilugio se acabó y fue presentado en sociedad. Fueron muchas personas del pueblo, incluido sus mandatarios, se hicieron las fotos oportunas y los comentarios de alabanza que este trabajo se merece.

Paradoja, el que dijo que no entraran personas con movilidad reducida es el director de una entidad que está siendo alabada por la colaboración en un proyecto para la integración de estas personas.

Colorín colorado este cuento se ha acabado.

Si fueron felices y si comieron perdices no lo se a ciencia cierta, pero creo que la conciencia no la debe tener muy tranquila.

Mis conclusiones: No creo en la justicia divina y menos en la justicia humana. Tu si???