Hacía muchos, meses, que no salía a navegar. Cuando digo lo de navegar, me refiero a palear con la piragua, no a navegar con el barco.
Cuanto menos cojo la piragua, o la bicicleta, o lo que sea, menos la quiero coger y me da coraje no salir a palear, pues las sensaciones de tranquilidad, libertad y frescura, siguen siendo las mismas que al principio, pero este año estoy teniendo mucho frío y cuando llego a casa se me quitan las ganas de salir a palear.
Pero este viernes dije "esta tarde salgo". El viernes comía "CALAMARE", explico la denominación: CALAMARE significa Comer en Casa de la Madre, de la madre de uno. Esto significa que nos prepara gran cantidad de comida, como si uno no comiera, y mi padre abre su bodega, por lo que las condiciones para remar después de comer en CALAMARE, no son las óptimas. Para colmo esa tarde había cosas de carnaval en la calle y queríamos ir, así que me lo plantee y decidí ir a dormir la siesta, pero con el propósito de salir el sábado temprano.
El sábado cuando abrí los ojos, no era nada de temprano, pues la noche del viernes duro mucho y me acosté bastante "afectado". Son de estas tardes que salimos sin quedar con nadie y te encuentras con quien sea, en este caso con Migue y Mbel, y nos dan las tantas entre copas y risas.
Tenía en la cabeza lo de salir y no hacerlo no me parecía bien sería fallarme a mi mismo. Desayune, me pertreche y me fui, nada temprano, a palear.
Ufff que descontrol, no me acordaba que se lleva a navegar. Solo cogí ropa de recambio, toalla y agua, ni teléfono, ni gps, ni gorra, en fin; un pequeño desastre. Lo importante era que iba a salir a navegar y que nada lo iba a impedir.
A las 10:32h, estaba en el agua.
Lo de no llevar tlfno, es un gran fallo, pero se medio soluciona informando al marinero (hay turno las 24h) diciéndole hacia donde voy y cuanto en tiempo estaré de vuelta. Pero no puedo volver a pasar.
La mañana se había levantado un poco nublada, nada de frío y nada de viento, como así se aprecia en la superficie del agua.
Entre que hacía mucho que no salía y que como dice el refrán: "Noches alegres, mañanas tristes" el planteamiento era remar solo una hora despacio, muy despacio, y como siempre primero en contra de la corriente y luego a favor.
Con esas condiciones el rumbo era Punta Cantera. Pero antes se ha de salir de la canal del club, para lo cual empleo a penas 10min. Cuando se llega la baliza ya se puede poner cualquier rumbo sin mucho riesgo a quedar encallado.
La baliza de entrada al canal es un ejemplo de reutilización.
Luego proa a babor (Punta Cantera), pues está previsto que el viento del sur salte y a la vuelta me ayude a llegar a puerto.
A medidas que me aproximo observo como el fondo se acerca a mi y como el agua se vuelve clara y cristalina. Impensable en los caños por donde antes navegaba y a los que algún día volveré.
Ya llevaba media hora navegando y era hora de volver, así que media vuelta y proa a la baliza de entrada. Antes algunas fotos de la puerta del mar de los polvorines de Fadricas.
Por cierto, ya no puedo abusar de las inmersiones de la cámara, la pobre sufre los 5 intensos años que tiene conmigo.
El día se encapota más y el viento salta, como estaba previsto, pero se queda en brisa.
Ya estoy entrando en el canal. Doblo por los primeros palos que señalan el camino hacia el club y donde se aprecia la altura que sube la marea.
Y como cada salida en la piragua es una aventura, ahora paso a contar lo que me dejo rayado durante un tiempo.
Como ya he explicado alguna vez me encantan los sapos, me encanta prepararlos, freírlos y comerlos. Entro en el canal y veo como algo se mueve muy torpemente en la superficie.
Me acerco y veo que es un sapo, muy grande.
Lo intento coger, pero no hay forma, no tengo nada con que cogerlo y con las manos directamente no quiero. Creo que está un poco enfermo y es lo que me hace desistir de intentarlo capturar. Sigo remando a los 10metros, veo otro sapo.
Lo toco con la pala y se mueve muy poco, pero al ver el segundo sapo, me mosqueo aún más. Habrá algún vertido de algo que haga que los pobre sapos naden torpemente??? a las 50mtrs del segundo veo otro sapo.
Y más adelante una gaviota dando buena cuenta de otro sapo.
Sigo paleando y mientras voy pensando que puede haber pasado para que tanto sapo este boca arriba.
Pronto salgo del dilema. Veo como muchas gaviotas graznan y revolotean junto a una patera que se utiliza para pescar. Están limpiando las redes y lanzando al mar todo lo capturado que ellos no venden, entre los que están los sapos.
Una lástima esos sapos, pero ya lo se para la próxima vez y sin duda los cogeré.
Ya casi estoy llegando y me acerco cada vez más a la carpa del restaurante del club. Sitio donde no se come mal y no es nada caro.
Ha sido una hora de paleo tranquilo, relajado y con unas muy buenas sensaciones, aunque es cierto que la forma la tengo más perdida que el barco del arroz.
Tras desembarcar, baldear y recoger.
Y rumbo a casa para ducharme e irnos para el carrusel de coros, donde hemos quedados para degustar unas olivas, patatas fritas del Aldi (gran descubrimieto, pues son de las mejores en su estilo y muy económicas), huevos guisados, ensaladilla de gambas, entrantes de hojaldre y queso. Por cierto todo riquísimo y regado con Cruzcampo, por el tema de la recuperación de la cruzcampina perdida en la navegación.
Foto de un momento del carrusel de coros. Por Juan.
Otra foto, de un momento en el que reponemos fuerzas. De Luys.
2 comentarios:
Como siempre muy ilustrativas tus cronicas, pero esta en especial me ha resultado simpatica cuando indicas el olvido de los bartulos despues de algun tiempo de que no se sale, yo sali el miercoles, tambien despues de algun tiempo y me di cuenta que me faltaba la toalla cuando fui a secarme,,, en fin use una camiseta jejejeje. Un saludo ... - Luys -
Yo también aluciné por un momento con lo de los sapos. Una pregunta; ¿No está prohibido pescar con trasmayo en la bahía?
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