La segunda salida de este año a sido en compañía, la de Luys, y ha estado caracterizada por los diques, molinos y el frío.
Quedamos a las 16:30h en el club, el viento era de componente norte y con una fuerza de unos 15 nudos.
Nos pertrechamos para salir y en menso de 15min estábamos en el agua. No pudimos salir del pantalán esclusivos de los kayaks, pues esa zona está en obras, están ampliando el club.
Yo tenía el antojo de recorrer los diferentes diques y molinos que pueblan el saco de la bahía, en este caso empezaríamos por el dique de los polvorines de Fadricas y el molino de Bahía Sur.
Luys, como muchas personas, no conocen de la existencia del dique de los polvorines, incluso algunos los confunden con un embarcadero. Ojo que no digo que no haya servido de embarcadero, pero su función principal era servir de dique.
Diferencia entre embarcadero y dique:
- El embarcadero es donde se embarca y se desembarcan personas y materiales, pero siempre debe tener agua.
- Un dique es un recinto, que con una puerta, se utiliza para varar embarcaciones y repararlas, independientemente de como esté la marea. El barco entra con marea llena, se cierra la puerta y se saca el agua, quedando el barco en seco sobre una cama, para poder trabajar sobre la carena de dicho barco. Cuando los trabajos se han realizados se llena dicho dique hasta volver a darle flotabilidad al buque compensando presiones y que es cuando se abre la puerta pudiendo sacar el barco, otra vez con marea llena.
Pusimos proa al dique, pasamos entre el antiguo muelle de La Casería, ahora solo quedan palos verticales. Recuerdo que cuando era un simple aprendiz de carpintería (13 años) hicimos algunos puntales de estos en el taller, creo recordar que eran de eucalipto.
Como se aprecia el viento hacía que hubiera alguna que otra ola.
Aunque cuesta distinguir el dique, como se más o menos donde está, nos vamos acercando.
Desde tierra parece más pequeño, pero una vez dentro se hace grande.
En fondo recoge mucha basura, traída seguramente por los vientos y las mareas. Y por los guarros con los que convivimos.
Como nos da miedo rozar con el fondo no llegamos hasta el final y nos volvemos. Pero antes nos detenemos en lo que ha servido como canal de achique y llenado del dique.
Ahora toca ir a visitar el molino de Caño Herrera, junto a Bahía Sur. Antes debemos bordear el espigón, o muelle, de Punta Cantera. El cual pasamos rápido dejando a plena luz del sol la muralla de poniente de los polvorines.
Sigue el viento fresquito, hay mucha agua y cruzamos otros restos de un embarcadero de madera. Bahía Sur al frente.
El calado desciende bruscamente al acercarnos a la entrada del molino, lo que hace que nos paremos.
Otra vez volveré con más agua para poder entrar en él.
Ahora vamos a ver el mirador de Bahía Sur.
Pero al ver que hay una pareja, y muy poca agua, decidimos poner rumbo hacia la canal, mas concretamente hacia la boya nº 5.
Llevamos 1,15h, remando y nos queda aún 1600mtrs aprox, es decir, casi 15min. El viento y las olas las tenemos por la aleta de babor, pero como siempre nuestras Oasis se portan. Pronto estamos junto a la baliza de entrada.
Llegamos al club y como ya la maquinaria ha terminado la jornada podemos desembarcar por nuestro sitio.
Tras una ligera visita al servicio, el frío es lo que tiene. Enjuagamos, sobre el pantalán, las piraguas.
Ya, yo insistí, pero Luys no me dejó sacarle la foto en la ducha, por eso sale vacía.
Caso que me pasó, siempre ocurre algo, en la ducha: Antes de entrar bajo el chorro tuve que regular la temperatura del agua, que sale muy caliente, para eso tocaba con las manos el agua. El agua estaba muy caliente, tanto que me quemaba las manos, le daba un poco más de agua fría, pero seguía muy caliente. Así hasta que dejó de dolerme las manos de lo caliente que estaba el agua. Cuando me metí debajo del chorro de agua dí un salto hacia fuera, el agua estaba helada. Volví a meter las manos y parecía que el agua estaba buena, así que entré otra vez y otra vez fría, así hasta que regulé la temperatura con el propio cuerpo. Conclusión a la que llegó el torpe de mi: Tenía las manos tan fría que el agua, por muy fría que estuviera, me parecía caliente y si estaba caliente me dolían. Eso sí cuando salí duchado y seco me sentía en la gloria.
Gloria de volver a remar, aunque haga frío.
2 comentarios:
enhorabuena madridistas!!
Buena cronica Antonio, creo que aunque con frio fue gratificante y nos quedamos con ganas de repetir.
Saludos y hasta la proxima.
Publicar un comentario