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jueves, 4 de diciembre de 2008

El origen de la afición.

Siendo oriundo en la Bahía de Cádiz, no es de extrañar que mi afición por el mar fuera creciendo a la vez que yo.
También contribuyo de manera notable haber nacido en una casa donde mi padre era aficionado a la construcción de modelos (maquetas) de barcos de época, hasta que un desgraciado accidente en la carpintería le dejo su mano derecha atrofiada. Así que crecí rodeado por el Buque de Guerra Español de Primera Clase San Felipe, la bombarda de la Armada Real La Canelaria y el Vapor San Juan, primer buque que unía la vela y el vapor como medio de propulsión.
El deteriorado estado de los navios es debido al paso del tiempo y sobre todo a que dichos barcos ha sido utilizado para jugar por mi, cuando era niño, y más tarde por mi hijo Julio.
San Felipe

La Candelaria

San Ildefonso

Pero mi primer acercamiento al mundo náutico fue a mediado de la década de los ´80, yo contaba con 15 años. Mis padres nos hicieron, a mi hermano y a mí, un kayak de madera y lona. Este kayak salio de un plano que compraron a la empresa Model Reina (c/ Desengaño 24, Madrid). Empresa dedicada al modelismo naval, sobre todo a la venta de planos de buques y artefactos flotantes. Empresa donde mi padre adquirió, en tiempos pasados, los planos para la realización de los buques anteriormente nombrados.
La construcción del kayak fue laboriosa, no tanto el trabajo con la madera, si no el de la lona. Una vez construido el esqueleto, en madera, empezó el forrado con lona. Seguramente la lona comprada por mis padres no era la ideal (muy rígida, pesada y cara) pero en aquellos tiempos era lo que había en esta zona. Después de clavar la lona al esqueleto unas pocas de veces, ya que se formaban muchas arrugas, se le dio una mano de aceite de linaza y después dos manos de pintura, al aceite, blanca y verde, igual que a cualquier barquilla marinera de Gallineras. Así que con el esqueleto en madera de pino, la lona, el aceite de linaza y las manos de pintura al aceite aquello pesaba más que un portaaviones. Pero aún así y con el esfuerzo que suponía bajarlo del cuarto de la azotea, donde se guardaba, pasamos muy buenos veranos.

De Izquierda a derecha: yo, mi hermano Perico y mi amigo Luis J. Calderón, en Sancti Petri, junto a un arenero varado.

De derecha a izquerda: mi padre Antonio, mi hermano Perico, mi madre Ana y yo.

Actualmente se encuentra estibada en su ubicación original, es decir, en ese cuarto donde se construyo.

1 comentario:

Unknown dijo...

Hola:
He visto las fotos de esas maquetas de barcos, tal vez no se le haya ocurrido restaurarlas, pero son bonitas piezas y merecería la pena. Yo podría hacerlo por un precio razonable (me dedico al modelismo y la restauración). Tengo que pasar por Cádiz en breve, así que si le interesa, póngase en contacto conmigo, quedamos y viendo los barco o a través de fotos podría darle un presupuesto.
Mi correo es:
e.m.s.model@gmail.com
Mi página web:
http://e-m-s-model.webnode.es/