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jueves, 25 de noviembre de 2010

HECHO EN SAN FERNANDO, CÁDIZ, ANDALUCÍA, ESPAÑA


Esta entrada en mi blog la hago para reivindicar lo nuestro y sobre todo nuestro trabajo.

C/0399 SMYRIL, entrando en Torshavn, su puerto base.


C/0399 SMYRIL, amarrado y embarcando vehículos.

En esta época donde tantas familias lo están pasando muy mal, debido entre otras cosas, a un sistema capitalista donde solo interesa los beneficios comerciales sin importarle quien se quede por el camino. Como digo en una época donde los valores y trabajos se ponen en duda y nada vale. Todo hay que cambiarlo y cambiarlo por que ya ha dejado de dar los frutos deseados.

Yo aún tengo la suerte de poder cambiar mi trabajo físico y mental por euros, es decir, trabajar. Y para colmo trabajar en algo que me gusta, aunque a veces el sistema no sea, bajo mi punto de vista, el más adecuado y mis broncas me cueste con mis superiores, pero el fruto de ese trabajo es magnífico.

Siempre se pone en duda el trabajo de las empresas públicas y sus empleados, a una de ellas pertenezco yo, pero como digo me siento satisfecho con el trabajo que allí se hace y con el mio propio.

Mi empresa (E.N. BAZAN de CNM, esto último significa Construcciones Navales Militares) desde los años ´80, con el gobierno del PSOE, ha sufrido innumerables reconversiones, reconversiones que solo se han saldado con la constante pérdida de puestos de trabajo. Yo he sufrido varias reconversiones pero la más dura fue la del 2004. Solo 4 años despues de habernos fusionado con AESA, Astilleros Españoles.

En este año 2004, con el gobierno del PP, estuvo a punto de poner el cerrojo a la factoría de San Fernando. Pero la situación se pudo salvar en San Fenando, no así en Sevilla, Manises y Gijón, que fueron privatizadas, algunas ya a punto de cerrar.

Una vez nos quedamos dentro el nuevo grupo de astilleros, llamado IZAR, se terminó y se hizo entrega, ya en 2005, de la construcción 399, SMYRIL, es su nombre. Este indicativo (C/0399) en el nº de barcos y artefactos flotantes que en mi empresa se ha construido desde sus inicios, es decir, en el 2004 se habían construido 399 barcos, solo en la factoría de San Fernando. Como curiosidad decir que ahora, año 2010, vamos por la construcción 515, lo que significa que en 6 años se han construidos 116 barcos o artefactor flotantes. Para que luego se digan pamplinas de los astilleros públicos.

A esta construcción, a la 399, me quiero referir pues fue un barco construido con tecnología española y para navegar en las condiciones más extremas.

El país donde el buque trabajaría es Islas Feroes, que son un grupo de islas del Atlántico Norte, entre Escocia e Islandia.

El barco era un hito tecnológico, todos los puestos de trabajo estaban bajo cubierta para no exponer a la tripulación a los rigores del duro clima de esas latitudes y así como los  sistemas principales estaban acompañados de aceite caliente para evitar la congelación. Como digo condiciones de navegación extremas.

Estos días me ha llegado al correo un vídeo de dicho barco y me ha traido recuerdos agridulces, agrios por los combates con la policía y dulce por un trabajo bien hecho.

Este es el vídeo. En homenaje a España le han puesto música de Bisbal, digo yo...



Como dice al final del vídeo, y este vídeo no lo he hecho yo, "The best passenger wessel in norht atlantic sea", más o menos quiere decir, "El mejor barco de pasajeros del Atlántico Norte (mar)" y eso lo dice alguien que no es de aquí.

HECHO EN SAN FERNANDO

Me váis a permitir que suba los comentarios hecho por mis amigos Juan B. y J. Luis, a la entrada. Donde están puede que pasen desapercibido y en sus palabras hay mucho sentimiento y cosas a aprender.

Comentario de Juan B, desde BCN, emigrante andaluz que los de su tierra no supieron cuidar y que ahora vive y hace grande una tierra desde donde unos pocos pero con mucha voz, no paran de hacer comparativas detractoras contra nosotros, pobre diablos que se empeñan en separar a dos pueblos.

Wenas.

Pa que luego vayan diciendo que vamos todo el día vestidos de torero y tocando las palmas...

Y no lo digo por los europeos del norte (que algunos lo dicen), más bien lo digo por los "españoles" del norte (que, afortunadamente, también son pocos, pero hacen mucho ruido. ¿Verdad, Puigcercós?).

Saludos.

Juan B.

Comentario de Juan Luis, hijo de trabajador de astilleros. No hace falta decir que el acero naval lo lleva en sangre. Y padre de emigrante.
A la clase obrera nos podrán quitar muchas cosas pero nunca el orgullo de serlo. Lo malo es que en las últimas décadas se nos ha intentado robar. ¿Cómo? De forma hábil y a la vez cruel. El pomposamente llamado estado de bienestar nos ha procurado dar los medios para satisfacer las necesidades que él mismo nos fue creando. Y la forma darla fue precisamente tenernos cada vez más pillados: préstamos, hipotecas, consumismo.. de la mano de cada vez más precariedad en nuestra situación laboral y puesta en tela de juicio de los derechos sindicales que tantos años nos costó conseguir.

Y en parte tuvimos nosotros la culpa porque al mismo tiempo que el capitalismo y la gran banca nos iba convirtiendo de ciudadanos a clientes, nosotros creíamos que estábamos escalando en la sociedad y ya no pertenecíamos a la clase obrera. Nos creímos pequeños burgueses y hasta entrábamos en su juego, firmábamos para que secuestraran todos los meses parte de nuestro dinero hasta que nos jubiláramos, comprábamos sus bonos porque nos iban a dar intereses en vez de disfrutar de la vida, nos compramos coches, segundas residencias a cambio de estar toda la vida pagando intereses para sus sueldos de escándalo. Nos entusiasmamos con aquello de que la globalización iba a ser la solución a todos los problemas del mundo.

¿Y qué pasa, estábammos solos? No, estábamos sordos y ciegos. No quisimos escuchar las voces que nos avisaban y les llámabamos "profetas", "visionarios". Sería bueno tirar de hemerotecas. Y aún hoy los trabajadores no hemos aprendido y seguimos dando aire a los mismos que defienden el sistema que nos ha llevado a esto.

Parece que hablar hoy contra el sistema equivale a ser un provocador, gamberro o casi terrorista. Así nos luce el pelo.

Es imprescindible sentirnos orgullosos de nuestro trabajo y de nuestros orígenes. Y además, decirlo, contarlo... en definitiva tapar con nuestra voz la de aquellos xenófobos racistas del norte y centro de la Península Ibérica.

Salud a todos y a todas.

Compañeros un placer leeros y gracias por participar en este blog, vuestro blog.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Wenas.

Pa que luego vayan diciendo que vamos todo el día vestidos de torero y tocando las palmas...

Y no lo digo por los europeos del norte (que algunos lo dicen), más bien lo digo por los "españoles" del norte (que, afortunadamente, también son pocos, pero hacen mucho ruido. ¿Verdad, Puigcercós?).

Saludos.


Juan B.

Juan Luis dijo...

A la clase obrera nos podrán quitar muchas cosas pero nunca el orgullo de serlo. Lo malo es que en las últimas décadas se nos ha intentado robar. ¿Cómo? De forma hábil y a la vez cruel. El pomposamente llamado estado de bienestar nos ha procurado dar los medios para satisfacer las necesidades que él mismo nos fue creando. Y la forma darla fue precisamente tenernos cada vez más pillados: préstamos, hipotecas, consumismo.. de la mano de cada vez más precariedad en nuestra situación laboral y puesta en tela de juicio de los derechos sindicales que tantos años nos costó conseguir.
Y en parte tuvimos nosotros la culpa porque al mismo tiempo que el capitalismo y la gran banca nos iba convirtiendo de ciudadanos a clientes, nosotros creíamos que estábamos escalando en la sociedad y ya no pertenecíamos a la clase obrera. Nos creímos pequeños burgueses y hasta entrábamos en su juego, firmábamos para que secuestraran todos los meses parte de nuestro dinero hasta que nos jubiláramos, comprábamos sus bonos porque nos iban a dar intereses en vez de disfrutar de la vida, nos compramos coches, segundas residencias a cambio de estar toda la vida pagando intereses para sus sueldos de escándalo. Nos entusiasmamos con aquello de que la globalización iba a ser la solución a todos los problemas del mundo.

¿Y qué pasa, estábammos solos? No, estábamos sordos y ciegos. No quisimos escuchar las voces que nos avisaban y les llámabamos "profetas", "visionarios". Sería bueno tirar de hemerotecas. Y aún hoy los trabajadores no hemos aprendido y seguimos dando aire a los mismos que defienden el sistema que nos ha llevado a esto.

Parece que hablar hoy contra el sistema equivale a ser un provocador, gamberro o casi terrorista. Así nos luce el pelo.

Es imprescindible sentirnos orgullosos de nuestro trabajo y de nuestros orígenes. Y además, decirlo, contarlo... en definitiva tapar con nuestra voz la de aquellos xenófobos racistas del norte y centro de la Península Ibérica.

Salud a todos y a todas.