Estamos harto de utilizar la expresión "Las cosas de la vida" pero mi visita ayer al Castillo de Sancti Petri, fue eso, las cosas de la vida.
Una amiga me pregunto el pasado viernes, "que para donde podría navegar en la mañana del sábado si salía de Sancti Petri", después de mirar grados de marea (muy pocos=39º) y viento (muy, muy, muy flojo de componente norte) y le dije "tira para donde quieras que ni viento ni corriente te lo impediran"
Después de escribir eso a mi amiga, pensé que Mari y yo podíamos ir al castillo de Sancti Petri. Mari ha ido muchas veces al castillo pero siempre ha ido acompañada por mi. Me explico: Cuando teníamos la neumática íbamos mucho, luego con la Malibu Two, también fuimos alguna que otra vez, pero ella navengando sola nunca.
Y, como digo, después de mirar las condiciones pensé que el sábado era el día de ir. Se lo propuse acepto y lo plantificamos.
El sábado, muy temprano, Julio se iba de ruta a la calzada romana de Ubrique, con la tropa scout Mafeking, a la que pertenece. Por lo que en vez de salir de Gallineras con las tres piraguas decidimos salir con la flota expedicionaria, es decir las dos Oasis. Son más fáciles de transportar que la Toruyak.
A las 10:30h y después de dejar a Julio en Cádiz, desde donde cogía el autobús para la sierra, nos fuimos hacia Santi Petri.
Como todas las ciudades en España y como Chiclana no iba a ser menos, está levantada. De camino hacia el poblado de Sancti Petri tuvimos que desviarnos dos o tres veces.
Una vez en el poblado de Sancti Petri, nos cambiamos y nos echamos al agua.
Mari, como digo era la primera vez que iba a ir al castillo, pero también era la primera vez que se iba a poner un cubre bañeras.
El viento era inexistente y la corriente, como estaba prevista muy floja.
Pusimos rumbo a la Punta del Boquerón que es sito por donde se va más cómodo hacia el castillo. Se puede optar por coger por la canal y luego desviarnos hacia el castillo pero aquí nos podemos ver afectados por la olas de los barcos que salgan o entren en el caño.
Al llegar a la Punta del Boquerón vimos como el tono del mar cambiaba y era debido a un flojo mar de leva que había.
Esquivamos las pequeñas olas que se forman en los bajos de arena de la Punta, bueno decir que cogimos alguna ola, de proa, para que Mari viera y sintiera el efecto del cubre, vaya si lo vio, una ola le pasó de proa a popa y vio como no pasaba nada y el agua no entraba ni te mojaba. Y ya rectos hacia el castillo.
Una vez que llegamos al castillo desembarcamos y lo rodeamos. Ya han puesto una reja como puerta a la fortaleza y no se puede entrar.
Cuando lo hubimos visto todo por fuera volvimos a embarcar y despacito, disfrutando de la mañana pusimos rumbo hacia el poblado.
Llegamos al punto de partida, justo al lado de la rampa, y a la vez que nosotros lo hicieron dos pescadores en kayak, que también venían del castillo, no habían pescado nada, según ellos había muy poca corriente. Las cosas de la vida, lo que a uno le interesa al otro no, os explico al pescador le interesaba que hubiera corriente y a nosotros no.
La verdad es que hemos disfrutado de una mañana fantástica y Mari ya se ha sacado otra espinita, HA IDO AL CASTILLO DE FORMA AUTÓNOMA.Volviendo al dicho "las cosas de la vida", no vimos a las personas del club SFK, que también habían salido por la zona.
Total, que gracias a mirar las condiciones climatológicas y de marea para una amiga, disfrutamos nosotros de este día. LAS COSAS DE LA VIDA.
El resto de fotos, pinchando AQUÍ.
3 comentarios:
De parte de Angelita y tambien mia: Enhorabuena Mary !!!!, y tambien a Antonio que seguro rebosa de alegria. Un saludo... Angelita y Luys ...
De parte de Mari, y también de la mía propia, muchas gracias.
Y a ver se nos ponen ya la rampa en la Magdalena, que esto de palear es como las pipas cuanto más paleas más queires palear.
Lo dicho, gracias.
Antonio.
Me encantan las cosas que cuentas en tu blog y sobre todo cómo haces que al leerlo podamos sentirlo como si también hubiéramos estado. Enhorabuena.
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