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domingo, 20 de marzo de 2011

LUNA, LUNA, LUNA, DESÁTAME EN SILENCIO....

El título de esta entrada es un fragmento del popurri de la comparsa "Calabazas" de Antonio Martínez Ares, del año 1991. Utilizo este recurso, como lo hace mi compañera de club: Isabel Cáceres, en las entradas de su blog. Isabel perdóname por copiarte pero en esta ocasión viene al caso como anillo al dedo.

Como digo eso es lo que parece que ha hecho la luna este mes con las personas, las ha desatado para que vayan a las zonas costeras de Cádiz.

¿Para que? Pues para ver los efectos que se producirían en el litoral debido al gran coeficiente que han tenido este fin de semana las mareas, la máxima tendría un coeficiente de 117º.

Estos grados sumado al acercamiento de la luna a la tierra, por lo visto este fenómeno se le llama PERIGEO, harán que los fondos de nuestras costas sean menos profundos y las orillas estarán más cercanas a tierra firme. Este fin de semana la luna ha estado 50.000kms más cerca de lo habitual.

Siempre, y cuando digo siempre es siempre, la pleamar más grande de cada mes es a primera hora de la tarde (de 15:00h a 16:30h), por lo que las dos bajamares de ese día serán una a primera hora y la otra a última hora del día.

Como "La curiosidad mató al gato" y menos mal que los gaditanos no somos gatos si no ya no quedariamos ninguno, nosotros queríamos ver la bajamar (115º) de la mañana del sábado en Cádiz, más concretamente en La Caleta, y allí nos dirigios.

Llegamos a las Puertas de Tierra a las 8:15h, desde San Fernando, y cuando llegamos al Campo del Sur eran las 8:45h. Si, media hora para andar a penas 1km. Como estaba Cádiz de coches y de gente, y además con el mismo objetivo.

Pero si había coches y motos, más personas había sobre el paseo marítimo y sobre las piedras.

Mari y Julio, de espaldas, buscando el único sitio que había en la muralla para ver las piedras.

 Esta persona decidio pernoctar para ver, a primera hora, la bajamar, pero se quedó dormida. Que frío.

 Como estaba el camino que lleva al castillo de San Sebastián, parecía una romería.

Una panorámica de La Caleta.

Después de ver las piedras caleteras y el ambientazo, nos fuimos a reponer fuerzas a la Guapa, esto es una churrería que hay junto a la plaza de Cádiz que hacen churros grandes y chicos. Y como es tradición cuando se va por esos lares entramos en la plaza a ver los puestos de pescados y mariscos. Que calidad y que material, lo mejor son los precios, que los hay para todos los bolsillos.

Esto es lo que se ve desde la cafetería de la plaza de Cádiz. Es la zona del pescado y el marisco.

Y como también es normal en nuestra cultura tenemos que buscarlo a todas las cosas un sentido, todo esto es debido a la:


Si, la LUNA.

Ese satélite nuestro que tiene sus efectos sobre los líquidos y por eso sobre nosotros mismos ya que somos más del 70% agua.. Hay personas más sensibles a estos fenómenos que otras y Mari que lo es, ha sufrido un ataque repentino de cefalea, de los que hace historia y por eso no nos ha podido acompañar a la visita de la punta del boquerón que estaba prevista para hoy domingo. A los que sufren de estos periodos de jaquecas saben que lo que único que quieren es estar acostado, sin luz y sin ruidos, así que marchándonos a la playa le hacemos un favor.

A las 8:30h habíamos quedados con mi hermano Pedro y mis sobrinos Alberto y Sandra. Llevaríamos las bicicletas e iríamos a ver los efectos sobre las piedras y la arena.


A las 8;45h estábamos en marcha y la paya estaba como La Caleta ayer, pero como esto es más grande y hay menos aparcamientos pues se estaba bien.


En menos de media hora ya estábamos cerca de la punta pero los niños querían ver los bunquers que tenemos en la playa y paramos en los dos, el camino fue fácil a excepción de los 500mtrs antes de llegar los bunquers que la arena se hace demasiado blanda y no se puede ir sobre las bicis.




Pero cuando llegamos a la punta del boquerón la imagen fue espectacular: Piedras fueras, arena muy alta, muchos boquetes, imagen lunar diría yo, que por supuesto no he estado en la luna.



Otra cosa que me sorprendió mucho fue la cercanía de la orilla con las balizas que delimitan el canal de navegación en el caño de Sancti Petri, apenas había 10 metros.


Y la distancia de los barcos fondeados a la orilla.


Luego, y para que los niños se divirtieran aún más, fuimos a la duna, otra sorpresa, estaba inundada, pero que imágenes y que vistas.




Después de esta espectacular mañana, la cual la pobre de Mari no ha podido disfrutar, llegamos a casa y lo primero que hicimos fue endulzar las bicis, cual piraguas...

El resto de fotos pinchando AQUÍ.

Y el track, pinchando AQUÍ.

1 comentario:

Uladh dijo...

Mira antonio que yo no creo en magias ni hechicerias, pero la verdad es que lo de la Luna, ya desde el punto de vista físico sí que afecta sí. Porque a mí que soy ave nocturna y a partir de las 21'00 horas empiezo a sentirme bien, me pone, no diré agresivo, pero sí susceptible... que se lo pregunten a mi santa, ¿será algo lobuno? Va a ser que no.